Consejos para proteger el oído en verano
Los riesgos de padecer otitis y otros problemas auditivos durante el verano se incrementan un 35% según datos que aporta el Grupo Empresarial Audiológico GEA.
Las actividades más comunes y las costumbres más habituales pueden convertirse en enemigos potenciales de la audición y de los oídos si no se tienen en cuenta algunas consideraciones. Fijémonos en los consejos de GEA para afrontar lo que queda de verano:
- Para evitar la «otitis del nadador» hay que procurar no pasar demasiado tiempo en el agua y mucho menos en aguas «contaminadas». Esta otitis se produce porque determinados microorganismos acceden a nuestros conductos auditivos provocando daños en el oído medio, inflamaciones y otras alteraciones. Especial atención a baños en los ríos, playas que no gocen de buena salud o piscinas que no tengan un mantenimiento adecuado. Existen sprays desinfectantes que resultan de gran ayuda.
- Otro tipo de otitis se produce por la combinación de agua y bajas temperaturas. No secar correctamente los oídos y exponerlos al frío del aire acondicionado, por ejemplo, pueden producir inflamaciones y dolor. Por ello es aconsejable, además de un correcto secado, evitar que las corrientes de frío incidan directamente sobre la cabeza y oídos.
- El ruido es otro de los aspectos que hay que tener en cuenta en verano. Al disponer de más tiempo para escuchar música o para salir, el volumen de los auriculares se dispara. El control de volumen en los casos es una medida de precaución muy efectiva, no permitiendo más del 40% del volumen total. Por otro lado salir a pubs o discotecas con más frecuencia puede convertirse en un problema sobre todo si se está cerca de los altavoces. Alejarse de las fuentes de sonido con mucha potencia resulta casi una necesidad.
- Los barotraumatismos también forman parte del verano, especialmente de los viajes. Si se viaja en avión o en coche es muy probable que en algún momento se haya experimentado la sensación de taponamiento de los oídos. Los cambios de presión son los que lo provocan. Masticar chicle ayuda en todos los casos a mantener los oídos prevenidos en estas circunstancias.
- También la presión del agua puede provocar barotraumatismos. Hay que tener en cuenta que las inmersiones ejercen una presión añadida al oído. El consejo es bucear con moderación y, en caso de realizar submarinismo, tener cuidado con la exposición a mucha profundidad. La recomendación para bañistas y que la presión no produzca barotraumatismos es que no se bucee más allá de un metro de profundidad.
- La limpieza de los oídos en verano debe ser muy cuidadosa. Por el sudor y el agua en esta época se tiene la necesidad de limpiarlos más a menudo. La cera, de forma natural, cae del oído por el propio mecanismo de limpieza que dispone. En caso de eliminar los excesos, el bastoncillo sólo debe utilizarse de forma muy cuidadosa y no profundizar ya que se puede impactar la cera en el tímpano y provocar pérdidas de audición.
Fuente: GEA