Venezuela: La crisis social también golpea a los ORL

Los duros tiempos que vive Venezuela comenzaron aafectar al sector audiológico desde 2015; sin embargo,este año ha sido el más difícil para los profesionales dela audición

Publicado el 16 enero 2017

Venezuela: La crisis social también golpea a los ORL

, quienes preocupados llaman la atenciónen la reducción de niños implantados y en la dificultadque tienen para acceder a dispositivos audiológicos.La industria brinda su apoyo y ellos mismos semueven en altas esferas internacionales en busca decolaboración, pero, al parecer, nada es suficiente antela cruda realidad del país.

En 1992 la República Bolivariana de Venezuelacreó su primer programa de implante coclear,implementado por la Fundación Venezolana deOtología; en ese tiempo el país se vislumbrabacomo uno de los más prósperos en la regiónlatinoamericana e incluso los profesionales dela época asesoraron los programas de implante coclearque posteriormente se desarrollaron en Colombia, México,Puerto Rico y Perú.

Después de casi 25 años, Venezuela cuenta con 1.076pacientes implantados; sin embargo, el crecimiento ennúmero de implantes se frenó drásticamente desde haceunos 4 años, cuando los especialistas pasaron de realizar120 implantes cocleares al año a colocar menos de 50en el mismo tiempo. Las razones son muchas y variadas,pero entre ellas se cuentan el deterioro progresivo de laeconomía y la dificultad para acceder a productos médicosimportados.

“Hemos pasado por muchas dificultades económicas yhemos sufrido mucho, pero quizá este año, 2016, ha sidoel más duro que nos ha tocado vivir a los profesionales de la audición porque llegamos a un punto en el cual nohay disponibilidad de divisas. El gran cuello de botellaes la falta absoluta de posibilidades para tener acceso aesas divisas que nos permitan importar los instrumentosque necesitamos en nuestro quehacer. Adquirir estasdivisas a través de mercados paralelos es imposible y nilos pacientes, las compañías de seguros o personas quequieren ayudarnos mediante donaciones han obtenidoresultados satisfactorios”, explica a Audio Infos JuanArmando Chiossone Kerdel, otorrinolaringólogo, director delPrograma de Implante Coclear de la Fundación Venezolanade Otología y presidente de la Asociación Venezolana deOtología y Neurotología.

Para este experto, la gestión se ha hecho con todos losactores y a todos los niveles. El gremio ha recibido el apoyode la empresa privada, de fabricantes de dispositivosauditivos y hasta del Estado, pero ni aún con el esfuerzo detodos han logrado concretar unos volúmenes adecuadosde productos importados que respondan a las verdaderasnecesidades de la población. “Hemos hablado con elgobierno y liderado reuniones con otros organismospara facilitar la adquisición de divisas pero esto ha sidoun proceso engorroso, complicado y extremadamentelento”, asegura el otorrinolaringólogo (en la imagen inferior)

La deuda social sobrepasó las capacidades

Los números no engañan. En Venezuela nacen 920 bebéscon sordera profunda y de ellos el 30% -solo 276 pacientes- puede llegar a tenerla posibilidad de rehabilitarse e insertarse en la sociedad.El resto, 644 menores, quedan sin tratamiento.

No obstante, la deuda social no para aquí. Si se incluye elresto de la población susceptible de necesitar tratamientose pueden contar aproximadamente 5.000 personas. Setrata de jóvenes, adultos y miembros de la tercera edad queson candidatos a implante coclear, según lo demuestranrecientes estudios adelantados por la Fundación Venezolanade Otología. Todo esto sin tener en cuenta que Venezuelano tiene programa de tamizaje auditivo para recién nacidos,por lo que otro tanto se puede estar quedando por fuera.El otro inconveniente que se presenta no es menosimportante. Si bien el gobierno cuenta con un programade asistencia para audífonos, no sucede lo mismo conlas ayudas para implantes cocleares. A eso se sumaque el costo de los implantes es demasiado alto para losvenezolanos, por tanto el paciente privado representasolo el 5% de quienes pueden adquirir directamente unimplante coclear.

“El Programa Nacional de Atención en Salud para lasPersonas con Discapacidad (Pasdis) solventa partedel problema, pues proporciona a algunos pacientesaudífonos, pero tampoco tiene cobertura para toda lapoblación hipoacúsica; el mayor problema es que elpaciente tenga acceso y que posteriormente pueda contarcon un seguimiento y mantenimiento apropiado para sudispositivo, lo que casi no sucede porque no hay repuestosdisponibles en el mercado venezolano y, como consecuencia,al cabo de un tiempo por el uso, el desgaste natural y la falta de actualizaciones delequipo la persona deja de utilizarsus ayudas auditivas. Con losimplantes sucede lo mismo,después de unos años pierdensu funcionalidad”, comentaChiossone.

En Venezuela operanactualmente cinco fabricantesde dispositivos auditivos: Widex,Cochlear, Advanced Bionics,MED-EL y Nurotron, que hancomenzado a llevar al país implantes y repuestos máseconómicos, decididos a apoyar la consecución detecnologías; sin embargo, lo han tenido que hacer en pocascantidades por el mismo inconveniente con las divisas.

La fuga de cerebros, cada vez más frecuente

Juan Armando Chiossone también se ha desempeñadodurante varios años como profesor de la cátedra deOtorrinolaringología de la Universidad Central de Venezuela(UCV), por ello no duda en afirmar que “edificamos elPrograma de Implante Coclear de ceros, pero no solo conla intención de brindar soluciones a los problemas auditivosde pacientes de todos los estratos sociales y en diferentesciudades de Venezuela, también con la firme convicción deformar gente; desde entonces hemos entrenado cirujanos,personal de audiología e incluso durante mucho tiempotuvimos una alianza especial con el Programa de ImplanteCoclear del Hospital Universitario de Caracas de la UCV”.Hoy día, con gran preocupación, esta generación de“formadores” observa cómo los profesionales de la saludauditiva se van del país en busca de mejores oportunidades.“La pérdida del recurso humano nos afecta. Hemoscapacitado a jóvenes que están partiendo a otras latitudesy estamos viendo colegas con gran experiencia ocupandoposiciones relevantes en el exterior, lo cual nos llena deorgullo pero, a largo plazo, este recurso será muy difícil derecuperar. En caso de que lleguemos a alcanzar otra vezel progreso la posibilidad de formar nuevos profesionalespuede tomar hasta dos generaciones”, indica el presidentede los otólogos en Venezuela.

Las terapias de rehabilitación están a cargo de fonoaudiólogosy terapeutas del lenguaje, no obstante, la formación de estesegmento de especialistas no ha resultado tan fácil aunquese han logrado avances importantes. Actualmente, hay unadeficiencia entre los profesionales que pueden entrenar orehabilitar a un paciente con implante coclear en el país, pero es una tarea que se está adelantandoa pesar de las duras condiciones.

La investigación también cruzalas fronteras

La Fundación Venezolana de Otología trabajadesde 1970 bajo tres pilares: Beneficencia,Docencia e Investigación. Con respectoa este último, se ha enfocado en temaspropios de la otología, enfermedades deloído, infecciones crónicas, deficienciasauditivas sobre todo causadas por otosclerosis (unaanomalía muy difundida en Venezuela) y por supuestocirugía base de cráneo lateral y posterior. El 65% de suspacientes vienen de diferentes ciudades del país y conellos adelantan diferentes proyectos de investigación.

Chiossone comenta: “Tenemos 8 proyectos que estánfuncionando en colaboración con la industria, perotambién trabajamos e investigamos con pares científicosde la Universidad de Miami, la Universidad John Hopkinsy la Universidad de California, entre otras. Gracias a estasalianzas hemos logrado mantener la investigación muy viva”.En Implante coclear “nos falta la audición perfecta, queno es más que un sueño para los pacientes y un reto paranosotros. Esto implica romper las barreras tecnológica ybiológica para que el paciente pueda escuchar como lo hace una persona normal. Hoy en día el paciente escuchay se integra, pero no tenemos la audición perfecta.Cuando integremos de manera acertada la biología conla tecnología todo lo que hemos aprendido en estasdécadas lo podremos llevar de manera más eficiente aloído”, explica el experto.

Para terminar la entrevista, Juan Armando Chiossoneexplica el proyecto más importante que tiene su grupoactualmente. Se trata de la utilización del implante cocleardurante el sueño y del impacto que esto puede tener enla calidad de la audición de los pacientes durante el día.Los resultados, pronto los sabremos.

Así, con muchos retos por delante y en medio de unacrisis humanitaria, los profesionales auditivos de Venezuelasortean las dificultades que les impide prestar un serviciode mayor calidad, accesible y oportuno. “Nosotros no nosescapamos de la crisis: necesitamos medicinas de altacalidad para nuestros pacientes; que el sistema públicode salud, ya bastante deteriorado, aporte mayores recursos;que el sistema privado supere sus propias deficiencias;que se apoye más la labor de las ONG que gestionandonaciones; y que encontremos mecanismos para queel recurso humano se quede en el país. Estos son algunosde los problemas básicos que estamos viviendo, perodebemos tratar de tener fe en que vendrán tiemposmejores”, concluye Juan Armando Chiossone.

Lea este artículo en el número 54 de Audio Infos América Latina. Consúltelo gratis aquí (flipbook).

Fotos: J.A.C.K.

 

M.B.P.

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