Audiólogo "humanista" vs audiólogo "tecnológico" para la teleasistencia

El papel cada vez más relevante de la tecnología de control remoto en el seguimiento de las adaptaciones de audífonos, para reajustes, ha sido objeto de análisis por varios expertos en una charla internacional organizada en Brasil con la participación, entre otros, de Ángel Barbero, de Audiocenter Sevilla. Todos destacan las facilidades que ofrece esta conectividad con el móvil, aunque sin olvidar el trato personal, para no perder nunca la condición "humanista" de la profesión.

Publicado el 17 marzo 2021

Audiólogo «humanista» vs audiólogo «tecnológico» para la teleasistencia

Como guión inicial para elaborar su presentación, el profesional sevillano ha partido de algunas preguntas de los otros ponentes de esta charla internacional titulada «Teleaudiología y los desafíos de la humanización de la asistencia en prótesis auditivas», con el matiz de «las grandes diferencias de capacitaciones entre los profesionales de España y Brasil».

Esta modalidad de asistencia por control remoto se pensó inicialmente para personas que estaban a mucha distancia, por ejemplo, en Estados Unidos, si bien desde entonces se ha producido un desarrollo muy acelerado de esta tecnología, hasta el punto de que Barbero comentó incluso que mientras él había preparado esta conferencia, ya podían haber surgido novedades y quedar desfasada su información.

Aunque no se implantado completamente, últimamente se aprecia una dinámica favorable y más veloz porque los fabricantes de audífonos han apostado por las app de los móviles y han potenciado su uso en los centros auditivos, según Barbero, que ha mostrado durante su alocución el artículo de opinión que publicó en Audio infos hace unos meses (ver número 155) sobre este tema.

Uno de los factores propicios en España es que se trata de uno de los países con mayor proporción de móviles para su población y hace muchos años que desbancaron a los teléfonos fijos. Además, el «dúo» smartphone-audífono es accesible cada vez a edades más tempranas, se ha producido ya la llegada del 5G, el Mobile World Congress (MWC) se celebra en Barcelona y hay nuevos Bluetooth más rápidos y universales, que en los audífonos ya vienen de fábrica. Y aparte de estas premisas tecnológicas, el confinamiento por la Covid-19 y la necesidad de los profesionales de llegar a los usuarios hacen que se popularicen estos sistemas de control remoto.

Desde el punto de vista de la estética, la personalización con colores diferentes de los audífonos, como con los smartphones y las gafas, también ayuda en su popularización, así como ver que los influencers los usan y se convierten en algo cotidiano. Antes, los softwares eran asíncronos (ajustes en remoto grabados o no en directo) y hoy los fabricantes ya tienen aplicaciones síncronas, como si el paciente estuviera en la misma habitación que el profesional en ese momento.

Acelerado por la pandemia

«Con el inicio de la pandemia se produjo una aceleración, canalizarlo es responsabilidad de los audiólogos», ha apostillado Barbero. ¿Cuál su desarrollo futuro a corto y medio plazo? A su juicio, técnicamente es posible, pero el desarrollo real será un poco más lento, por varios aspectos. El legal, según la figura del audíólogo en cada país, ya que en algunos todavía no tiene definidas sus competencias. En Europa, por ejemplo, la normativa es muy restrictiva, proteccionista y garantista de los derechos de los usuarios, en otros sitios es más flexible.

El otro aspecto es el humanista, objeto central de la charla de Barbero, porque los usuarios no buscan que se les venda un producto, sino que buscan ayuda, por eso, es mejor hablar de teleasistencia, más que de teleaudiología, ya que no se trata simplemente de realizar unos ajustes a distancia, sino que es un concepto más amplio, más relacionado con el servicio que con un aparato comprado.

«Nosotros no adaptamos auxiliares auditivos a las personas, traemos comunicación a sus vidas para que sean satisfactorias y plenas», ha afirmado Barbero haciendo suyas las palabras del «profesor Carlos Torres». Otra máxima, a su entender, tiene que ser la siguiente: «Debemos recordar la audiología humanista frente a la audiología tecnológica que, por supuesto, es muy útil, pero que está englobada dentro de la humanista».

Como pronóstico, el profesional andaluz ha augurado que en el futuro, el acceso a los audífonos será como la compra de un smartphone: el usuario no necesita que nadie le explique cómo funciona, son dispositivos plug and play, y se partirá de que el comprador tiene una cultura tecnológica previa.

El papel de los audiólogos será integrar esos «artilugios tecnológicos, se llamen como se llamen, en la vida de los usuarios, no la venta en sí, sino la integración en las capacidades y necesidades de estos pacientes», ha pronosticado. La teleaudiología o teleasistencia va mucho más allá de descargar una app para una videollamada, todos lo estándares estarán homogeneizados, bien por HIMSA o como consecuencia de las fusiones de los fabricantes. «No falta tanto para que esas app vengan de serie integradas en el smartphone, pero la sensibilidad de un audiólogo, el savoir faire, no vendrá nunca en el teléfono, siempre hará falta un profesional experto y capacitado», ha resumido.

Será una tendencia, pero Barbero ha animado a “posicionarse” ante una realidad que “no tendrá vuelta atrás”. ¿Puede ser tan eficaz como una atención personal? No, eso nunca podrá ser sustituido por tecnología. Ha hecho un paralelismo con la pandemia. «Ahora que sabemos que durará 4 o 5 años entre la distribución de las vacunas y su administración a la población, habrá una serie de costumbres que se quedarán, la teleasistencia o el teletrabajo formarán parte de nuestra vida como otras (compras, presentación de documentación, estudios a distancia…)», ha augurado.

Cultura previa tecnológica

Los ancianos participan o precisan de ayuda, se sabe que no usarán las app, sí que utilizan WhatsApp, pero buscan ayuda para el resto de aplicaciones. Y en cuanto a los “viejóvenes” de la generación de Barbero, muchos no viven con sus hijos y entonces su implicación es escasa para ayudarles, igual que los cuidadores, según su experiencia. Por eso resulta crucial la cultura digital previa de estos usuarios, ya que esa es muy difícil adquirirla a raíz de una pérdida de audición, suele ir peor luego la adaptación a los audífonos.

¿Como humanizar la audiología profesional? Se producirá una universalización del uso, moda, personalizaciones, influencers…, pero no sucederá sin los audiólogos, aunque tendrán otro perfil profesional, no el tradicional, serán «modernos, capaces, intrépidos y estarán dispuestos a aceptar estos retos, no hay una respuesta mágica».

Función neurológica

Como contexto de la «teleasistencia humanizada», Marlene Taborga L., fonaudióloga clínica en La Paz (Bolivia), ha señalado algunos aspectos clave para comprender la importancia de abordar con esmero esta forma de atención sanitaria, desde el punto de vista del usuario. «La estructuración del habla es una función altamente neurológica en el ser humano, que con la perdida auditiva en la edad adulta puede llevar al paciente a un progresivo deterioro cognitivo, al aislamiento social, frustración, depresión y otras conductas no deseadas », ha descrito.
Por eso, destaca esta modalidad a distancia como una herramienta tecnológica capaz de facilitar un servicio profesional idóneo, haciendo que «el paciente tenga al audífono como un accesorio corporal esencial a diario, que le dará satisfacción de usarlo porque le proporcionará una mejor calidad de vida, al escuchar mejor, comprender más y mantener una adecuada comunicación en su entorno familiar y su ambiente socio-cultural».

Mirar a los ojos al paciente

La Prof. Susi Latt, fonoaudióloga en CENTRA, en Río de Janeiro (Brasil), ha explicado que en 2020, debido a la pandemia, el Consejo Federal de Logopedia, reguló y reglamentó la teleasistencia con la preocupación de los derechos y deberes de los pacientes y los profesionales, especialmente en lo que respecta a la protección de datos. También con la pandemia, los fabricantes de audífonos han migrado sus herramientas permitiendo el cambio de la atención asíncrona a la sincrónica.

«Si nos empeñamos en mirar hacia atrás en busca de una salida, pecamos enormemente, porque las circunstancias nos instan a cambiar esa mirada y avanzar hacia una solución que está aquí para quedarse», ha recomendado durante su presentación. «¡Abrazar el futuro no es olvidar el pasado, sino practicar lo que el pasado nos ha dejado y perfeccionarlo para continuar con un servicio cálido y humano!», ha concluido.

Algunas pautas orientativas

Barbero no ha querido fijar reglas universales para todos y solo ha señalado algunas de las acciones puestas en práctica en Audiocenter, las experiencias que sí les han funcionado en su gabinete de Sevilla. Y ha invitado a participar en el programa exchange para audiología, un intercambio para formar y aprender viendo cómo se hacen las cosas en otros países, aunque ahora la pandemia lo impide. En función de su entorno, cada cual debe valorar qué quiere hacer, y probar con ensayo-error las veces que haga falta. Sus recomendaciones han sido las siguientes:
-mejore tecnología dentro de su gabinete para vender mejor fuera. (En su caso, él utiliza Otoscan 3D y Open box, por ejemplo),
-desarrolle su presencia en las redes sociales, es su carta de visita en el siglo XXI,
-vaya por delante de los demás, «la teleaudiología ha venido para quedarse»,
-negocie con sus proveedores la exclusividad geográfica en su zona. Los clientes buscan en Google Maps, pero no cruzan el país para verle, “pesque” en su entorno cercano,
-humanice su comunicación: adelántese a los competidores, deje de vender un producto por sus características técnicas, empiece a vender servicios humanizados y útiles. En sus mensajes publicitarios, hable de situaciones cotidianas que se comprenden fácilmente.
Finalmente, Barbero ha recordado que no hay que olvidar la legislación, a grandes rasgos hay cosas comunes para todos los países y hay que pedir siempre antes de la teleasistencia el consentimiento informado del usuario, y siempre que quede reflejado que es el usuario el que solicita, no que el profesional le obliga a realizarla. Y sin olvidar que siempre se están recabando datos de salud que, junto con los sexuales, tienen la mayor protección, por ejemplo en España.

J. L. Fernández