Predicciones para 2031: Habrá que transformar la atención sanitaria y la relación ciudadano-Estado (D. Welbourn)
Sin una acción unida y urgente, hablar de la salud auditiva en 2031 será intrascendente, el "susurro" sobre sus beneficios quedará ahogado por otros artículos más atractivos y la salud auditiva quedará aún más marginada. Así lo vislumbra David Welbourn, director ejecutivo de la Sociedad Británica de Audiólogos (BSHAA).
¿Por qué? «El gasto público del Reino Unido representa un tercio del PIB, del cual la asistencia sanitaria directa supone el 15%. La asistencia social y otros elementos que contribuyen al bienestar duplican esta cifra. En 2031, los costes sanitarios similares aumentarán un 50%, hasta el 20% del PIB (sin tener en cuenta la lucha contra el cambio climático mientras se vive en una sociedad con menos energía)». Se trata de algunos datos básicos para comprender la realidad británica, según este experto.
«Para una sociedad que lucha contra la inevitable polarización creada por las opiniones extremas de negación y desinformación, esto es insostenible», augura.
«La transformación de la Sanidad exige un cambio en la relación entre el ciudadano y el Estado: una mayor responsabilidad personal por el bienestar con opciones personales y decisiones sobre el estilo de vida plenamente informadas. Tras la pandemia, esto es un arma de doble filo. Es la llamada de atención para interesarse más por la propia salud y el bienestar en general frente al impulso del fatalismo, la rebelión y el ejercicio excesivo de las libertades». Con este análisis, Welbourn dibuja un panorama de incertidumbre.
«En 2031, la primera cohorte de la llamada Generación X cumplirá 65 años y los millennials, 50. Ambos puntos son significativos para reflexionar sobre los valores de la vida: cada generación será más exigente y más individualista que sus predecesoras. Los más confiados aumentarán, privando de derechos a los demás», pronostica.
«En la actualidad, solo un tercio de las personas cuya vida está limitada por su salud auditiva se beneficia de ayudas, y la mayoría no es consciente de la necesidad ni de las prestaciones disponibles. La agenda transformadora ofrece muchas oportunidades para adoptar tecnologías relacionadas con el estilo de vida y el cuidado de uno mismo, dejando a los escasos profesionales presionados con recursos para quienes a menudo tienen más necesidad, pero no quieren o no pueden comprometerse», describe, sobre el potencial de cambio y mejoría en el futuro.
Y concluye con un reto para todos: «¿Impedirá nuestra voz fuerte, convincente y clara que se profundice en esta desigualdad que divide a la sociedad?»