Tratar la presbiacusia, la mejor prevención frente a la demencia
La pérdida auditiva progresiva en personas mayores -presbiacusia- es el factor modificable -en definitiva, que se puede cambiar, en el que se puede influir- que más provoca demencia, de todos los que causan este mal, con lo que su rehabilitación mediante la tecnología de los audífonos y los implantes ofrece la mejor prevención para este deterioro cognitivo. Así quedó patente en el XVIII Congreso AEDA celebrado en Granada del 26 al 28 de mayo de 2022, entre otras novedades científicas expuestas por investigadores de varios países.
El presidente del congreso, el ORL Juan Manuel Espinosa, del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, moderó la primera mesa redonda sobre “Deterioro cognitivo y audición”, el lema central del evento, y expuso datos “tremendos” que ponen de manifiesto la relación entre la presbiacusia y la demencia, con un llamamiento a las administraciones para que tomen nota y a los medios de comunicación para darlo a conocer. Subrayó que entre los factores potencialmente modificables que influyen en este mal asociado tradicionalmente solo a la edad, la pérdida auditiva tiene una “contribución relativa” del 9,1% a la demencia, por encima del resto de causantes (depresión, tabaco, inactividad física, aislamiento social, hipertensión arterial, diabetes…)
Espinosa indicó también que por cada 10 dB de hipoacusia se multiplica por 1,2 (un 20%) el riesgo de demencia (se multiplica por 1,89 si es leve, por 3 con moderadas y por 4,94 en hipoacusias severas); y que a nivel cognitivo, un aumento de la pérdida de audición de 25 dB equivale a un aumento de la edad cronológica de siete años en la persona.
Aportaron sus experiencias varios panelistas para este debate inicial, después de la inauguración oficial del evento, que contó con la presencia de Indalecio Sánchez-Montesinos, de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. El investigador Piers Dawes, de la Universidad de Queensland (Australia), quien explicó en un vídeo (no pudo asistir presencialmente por las restricciones de movilidad en su país debido al coronavirus) cómo los audífonos frenan la demencia y expuso un modelo en el que trabaja para estudiar esa incidencia. El trabajo de campo en Estados Unidos es longitudinal y muy amplio -con casi 8.000 personas-, además de que hay otros en marcha en Europa y el Reino Unido.
Pruebas para evaluar la capacidad cognitiva
Cristina Nombela, de la Universidad Autónoma de Madrid, señaló la importancia de la activación de redes neuronales para resolver la ambigüedad en la palabra. Se habla de “dominios cognitivos”, que van de abajo a arriba, son unos procesos para solucionar cosas que luego permiten que funcione la memoria, más compleja. Ha expuesto varias pruebas para evaluar la capacidad cognitiva que van a mostrar diferentes perfiles de personas, según su deterioro cognitivo, y se debe valorar que no todas van a tener una propensión a evolucionar hacia la demencia. Recomendó Nombela trabajar con versiones paralelas y diferentes tests, porque con el tiempo los resultados se repiten aunque no sean relevantes.
A su juicio, hay que plantearse hipótesis acerca de la presbiacusia y el deterioro cognitivo: la carga cognitiva (cantidad de información que el paciente puede manejar); la deprivación auditiva (presentar estímulos no auditivos); la hipótesis en cascada (utilizar evaluaciones adaptadas a test en fMRI, resonancia magnética funcional); y la hipótesis de la causa común (con la base genética-DNMT1-, isquemia/pruebas vasculares).
Medir el esfuerzo y gasto energético del cerebro
Por su parte, Rosa Albaladejo, directora general de los Centros Clic, describió un protocolo práctico para evaluar el deterioro cognitivo en el centro auditivo. De entrada, entre otras cosas, aconsejó pedir a la persona que explique qué tiene que hacer antes de cada prueba, para asegurarse de que lo ha comprendido. ¿Sus respuestas son fiables? Albaladejo recurre al condicionamiento lúdico, a usar material como fotos u objetos que proporcione la familia, para garantizar los resultados precisos de la audiometría. Por su experiencia, si el deterioro cognitivo es leve, pasa desapercibido, y subrayó que la labor del audiólogo no es diagnosticar, sino prevenir, pero debe concienciar a la persona de que no espere tiempo para adaptarse audífonos, hay que explicarle la correlación entre ambas cosas (la presbiacusia y deterioro cognitivo).
Como herramientas en este análisis, habló de test neuropsicológicos (descargables en Internet) que resultan útiles, pero son complejos y no solo hay que basarse en resultados de estas respuestas, sino que hay que emplear otras pruebas para evaluar el esfuerzo y gasto energético del cerebro, en especial, la prueba de reconocimiento de ruido y la de memoria secuencial auditiva a corto plazo.
Para Isabel Sánchez Cuadrado, ORL en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, el uso del implante coclear mejora las capacidades cognitivas (y tiene un efecto positivo sobre la inteligibilidad, la depresión y la calidad de vida) en diferentes grupos de edad y la exploración de la función cognitiva debe hacerse con herramientas adaptadas a las personas con pérdida auditva. Asimismo, esta especialista ha subrayado que “resulta fundamental un estudio a largo plazo, así como analizar otros posibles factores de riesgo para conocer mejor el impacto de los implantes cocleares en el deterioro cognitivo”.
Previamente a este debate, la exposición al ruido que destruye células y cambia constantemente el umbral auditivo fue objeto de análisis en la conferencia inaugural por Sharon Kujawa, profesora en la Universidad de Harvard. En los tejidos de los oídos expuestos a ruido, las fibras auditivas de los nervios en las células ciliadas, se ven las sinapsis y es más fácil cuantificar los daños que se producen tras una lesión. Así, al día después de la exposición al ruido, se aprecia una reducción drástica en animales. Hay un daño en la zona basal de la cóclea y la edad también influye como factor en la estructura y la función auditiva, en ratones expuestos al ruido.
Juan García-Valdecasas, Indalecio Sánchez-Montesinos y Juan Manuel Espinosa.
Muchos laboratorios estudian en el mundo la sinaptopatía en humanos para comprender su relación con la pérdida auditiva y se detecta una pérdida dramática en los huesos temporales, peor en humanos comparado con animales, aunque todavía no se sabe con precisión toda la incidencia. Los audiogramas muestran en gran medida la elevación de umbrales, pero hay otras pérdidas ocultas que no se ven en este prueba.
Se trabaja con técnicas en distintos animales, también hay estudios en huesos temporales humanos y valoraciones conductuales, técnicas de imagen.., estrategias solapadas por la dificultad de estudiar en una sola especie animal. En el Instituto de Neurociencias de Montpellier, en colaboración con Kujawa, investigan actualmente mediante pruebas con la respuesta a una pérdida neuronal tanto en animales como en humanos. En definitiva, la meta apunta a evaluar cuál es la base celular del individuo de partida al empezar a sufrir pérdida auditiva.
En el próximo número de nuestra revista Audio infos, podrá leer la crónica completa del XVIII Congreso Nacional de AEDA, con más información sobre otros aspectos del deterioro cognitivo relacionado con la pérdida auditiva, como la sinaptopatía coclear, también acerca de las mesas redondas de cribado auditivo neonatal, los retos en audiología infantil y los amplificadores o audífonos sin prescripción (OTC), así como los talleres y la exposición comercial de marcas de la tecnología del sector, novedades en implantes y acúfenos, entre otros contenidos.