¿Podrán recargarse de energía los audífonos masticando?
Se está investigando la posibilidad de alimentar de energía los audífonos con el movimiento de la mandíbula al masticar. Cincuenta minutos comiendo pueden generar suficiente carga para un día completo de uso de un dispositivo.
Si se puede aprovechar esta fuente de energía alternativa y renovable, sería una forma ecológica de eliminar el lastre económico de la carga o la compra de pilas, y podría obtenerse dentro del oído mediante un tapón con sensores.
Investigaciones recientes han estudiado cómo el movimiento de la mandíbula comprime los tejidos del canal auditivo, creando deformaciones que pueden aprovecharse para crear energía. Uno de estos estudios, realizado en Montreal (Canadá), estimó que la masticación realizada durante una comida proporciona una potencia media de 26,2 mW en un canal auditivo. Esto es suficiente para proporcionar el 22 por ciento de la energía necesaria para el funcionamiento diario de un audífono.
¿Puede esta energía ser productiva?
Otro investigador, Michel Demuynck, que trabaja en su doctorado en la École de technologie supérieure (ÉTS) de Montreal, está modelando actualmente las deformaciones del canal auditivo creadas por los movimientos de la mandíbula. Este trabajo ayudará a aclarar cuánta energía pueden producir las deformaciones.
Pero siempre hay un obstáculo difícil de superar antes de que las fantásticas innovaciones puedan formar parte de nuestras vidas. Encontrar una forma de convertir y almacenar la energía de la masticación es lo que actualmente frena la idea.
Hasta ahora, los prototipos de material piezoeléctrico no han demostrado ser capaces de convertir suficiente energía. Los que se acercan no son lo suficientemente pequeños como para integrarlos en un audífono, por lo que es necesario desarrollar placas de circuito impreso flexibles para que puedan ajustarse a formas complejas y dar lugar a convertidores más eficientes .
Más aplicaciones y audífonos más baratos
Los investigadores consideran que esta tecnología es extensible a otros dispositivos que se utilizan cerca del oído, como los auriculares, los sensores intraauriculares o las gafas de realidad aumentada. De esta manera, poder masticar un chicle o tararear una melodía en lugar de tener que cambiar las pilas o recargarse de la red eléctrica también podría abaratar el precio de los audífonos.
Fuente: The Conversation