Riesgos laborales, un campo de trabajo al alza

el problema del exceso de decibelios se percibeen muchos miles de empresas y representa un campo de trabajo que va amás para los audiólogos. Su cualificación para las mediciones del ruido y lasadaptaciones los capacitan como a ninguna otra profesión para prevenir antesde que aparezca en la audiometría tonal. Y ahora se baraja la creación de unatitulación específica para estos técnicos. En un curso y una jornada específicosde audiología laboral, la Asociación Española de Audiología (AEDA) ha ofrecidouna completa puesta al día en esta materia.

Las I Jornadas de Audiología Laboral, celebradas en Madrid en diciembre pasado,complementaron la formación impartida unas semanas antes a travésde un curso online por parte de la Asociación Española de Audiología (AEDA).En el caso de las conferencias presenciales que han puesto el colofón a esteprograma, el director ha sido el Dr. Javier Mata, que ha contado con la colaboraciónde la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo y de laSociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo. El eje central fue el abordaje delruido como factor determinante de muchas hipoacusias neurosensoriales, desde el puntode las medidas y evaluaciones, así como las formas de protección efi ciente, según los organizadores.También se trataron el diagnóstico clínico y nuevas técnicas para identifi caruna lesión auditiva antes de que se manifi este al realizar la audiometría tonal.

De hecho, la doctora ORL Teresa Heitzmann, que ofreció la visión del problema desde laconsulta médica cuando se presentan las personas afectadas por el exceso de ruido en elentorno laboral, ya alertó de este tiempo perdido. “Nuestra experiencia es que nos llegancon una patología auditiva ya importante”, resumió esta especialista, que subrayó que laHipoacusia Inducida por Ruido (HIR) llega a provocar graves secuelas e incluso trastornosdel lenguaje, con una prevalencia importante: un tercio de la población mundial y el 75%de la población en ciudades industriales tienen algún grado de sordera por exposicióna nivel de ruido de alta intensidad. En EEUU es la tercera discapacidad más frecuente yhay 22 millones de trabajadores afectados entre 29 y 60 años, cifra que se duplica enfrecuencias altas.

En Europa, indicó que la patología afecta a 29 millones de habitantes, con múltiplesfactores que pueden infl uir en su aparición, como diabetes, hipertensión, tabaquismo,los ototóxicos -a veces inevitables para tratar otras enfermedades- y obviamente el ruidolaboral y de ocio (cascos en entornos ya ruidosos, como el metro).

La HIR es una enfermedad del oído interno, produce un daño gradual, indoloro e irreversible,provoca alteraciones en la cóclea, con lo que se trata de una pérdida neurosensorialque empieza a afectar a la frecuencia 4.000 y va aumentando hasta llegar a las del habla,pero puede prevenirse, subrayó Heitzmann. La lesión se produce en el órgano de Corti, en función de la frecuencia del ruido -las agudasson más lesivas- del tiempo de exposición, los años de trabajo, el entorno cerrado ono y la distancia de la fuente sonora. Otros factores predisponen de forma individual, se da una gran variabilidad en funciónde aspectos extrínsecos, por el tipo de ruido, pero también intrínsecos, como la edad, elsexo, factores genéticos, con diferentes patologías.Ahora están más desarrollados los sistemas de prevención, aunque los pacientes acudencuando ya se ha convertido en una “interferencia” porque antes no perciben esa hipoacusiaincipiente, según esta especialista ORL.

Diagnóstico de la Hipoacusia Inducida por Ruido (HIR)

Para realizar el diagnóstico de la HIR se busca la presencia de un escotoma (con mucha disparidad de criterio entre los especialistas) y los nivelesde exposición al ruido. En el estudio audiológico se puede concluir que lapersona es candidata a un audífono y el tratamientopara el trabajador consiste en que no se exponga aruidos fuertes, no se trate con ototóxicos y se adapteaudífonos o el implante (oído medio o coclear), segúnlos casos. Tiene que cumplir con algunos requisitos yse le ofrece un seguimiento de su rehabilitación.

La doctora Clara Guillén, médico y jefa del departamentode Enfermedades Profesionales de Ibermutuamur,centró su intervención en la sordera comoenfermedad profesional, síntoma de que “algo estáfallando” en la prevención, una prioridad que establecela Organización Internacional del Trabajo (OIT) y losorganismos de salud laboral y los sistemas sanitariosde todo el mundo. También mencionó el “papel muy relevante” del diagnósticoprecoz y la posibilidad de intervenir en el restode trabajadores expuestos al ruido, de forma “colectiva”,más importante que la protección individual, tambiénnecesaria y de la que se puede aprender en unaprimera fase de trabajo in situ en la empresa. De ahí larelevancia de la llamada “vigilancia colectiva”, que estárecogida en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales,aunque se lleva poco a la práctica. Hay que ver laprevalencia en la empresa, trabajar en la “exposición”al ruido y establecer medidas correctoras y preventivasa largo plazo, a juicio de esta especialista.

Con todo, la sordera representó solamente el 4% delos más de 11.000 casos de enfermedades profesionales detectadas en 2014 frente al 79% de casos porproblemas musculares y esqueléticos. País Vasco,Comunidad Valenciana y Galicia son las zonas con másincidencia, en números absolutos, por edades predominael grupo de población de entre 50 y 60 años -un 98%son hombres- y, por sectores productivos, la industriamanufacturera y la construcción concentran los casos.Constantino Fernández, técnico de prevención deriesgos laborales de Medycsa, explicó el proceso paraevaluar si hay exposición al ruido, con el nivel de 85decibelios que establece la normativa para que seaimprescindible la adopción de medidas de planificaciónque eviten los problemas de salud auditiva paralos trabajadores.

La precisión del audiólogo

El presidente de AEDA, el psicólogo y especialista enaudición y lenguaje Franz Zenker, mencionó la colaboracióncon otras asociaciones en varios países ylas recomendaciones que dan a los profesionales dela audiología, ya que esta figura sí está “generalizada”y participa en estas tareas de prevención, a diferenciade en España.

La calibración del audiómetro, el ruido tolerado quese puede permitir, las mediciones con el sonómetroy las estimaciones de una pérdida auditiva causadapor el ruido representan algunas de las cuestionesbien manejadas por un técnico superior en AudiologíaProtésica que, en cambio, pueden no tener lamisma atención por parte de profesionales de otrasdisciplinas.

 

Zenker detalló también que resulta primordial conseguirlos niveles adecuados de ruido en cabina, sin caer en la “autoconstrucción” de estos espacios sinlos materiales ni características adecuados, de forma“chapucera”. Igualmente, hay que ser “escrupulosos”para realizar la audiometría tonal, sin “improvisación”como ocurre con frecuencia; y no olvidar que en ocasiones,el audiograma no refleja la inteligibilidad delpaciente. Por eso, subrayó la importancia del espectrodel habla, las frecuencias medias, entre los 500y los 3.000-4.000 Hz, que garantizan el 95% de esainteligibilidad. Con esta referencia, se podrá prever siun trabajador podrá comprender cuando le hablan.

Las emisiones otoacústicas -que se utilizan en el cribadoneonatal para detectar pérdidas auditivas- puedenaplicarse en este ámbito como “biomarcador”,que se puede correlacionar con determinado tipo depatologías y permiten anticiparse al daño, mientrasque la audiometría tonal solo detecta esa mermacuando ya se ha producido.

Esta conclusión está refrendada por un estudio en elque se aplicó la normativa laboral al entorno de ociode los adolescentes, y se constató que esta poblaciónestaba expuesta a niveles de ruido por encima del límite.En una muestra de 15 jóvenes no expuestos alruido y 14 de los más sobreexpuestos, por encima de95 dB, las audiometrías eran todas de normoyentesy se utilizaron otoemisiones para comparar a ambosgrupos, lo que sí reveló diferencias entre unos y otros.Otras herramientas aprovechables son las medicionesde habla en ruido, en campo libre o conauriculares. De hecho, una publicación mostró que lacapacidad de los trabajadores, todos normoyentes,para defenderse en entorno ruidoso variaba sustancialmente.

Finalmente, Zenker puso el acento en que los protectoresauditivos deben reunir ciertas característicaspara cumplir su función, lo que de nuevo conduce ala idea de que debe encargarse su instalación a untécnico titulado. Y describió trabajos en la medicióndel ruido en las aulas como ejemplos de experienciaque permiten luego inferir cuál va a ser la inteligibilidadde las personas que se encuentran en estosespacios físicos.

Mesa redonda por la interdisciplinariedad

El moderador, Juan Luis Cabanillas, profesor deMedicina del Trabajo en la Universidad de Sevilla,puso el acento en que aparte de los casos de pérdidaauditiva ocasionada por ruido, más allá de losindividuos evaluados, está la “percepción” entre lostrabajadores, mucho mayor, y abogó por un enfoqueinterdisciplinar.

 

Pedro González de Castro, presidente de la Asociaciónde Medicina y Enfermería del Trabajo, suscribióesta idea y apeló a la “inexcusable” cooperaciónentre sociedades científicas de diferentes disciplinas, y a una tutela de las administraciones con menos“laxitud”.

Antonio Iniesta, presidente de la Asociación Españolade Especialistas en la Medicina del Trabajo,señaló que el 10,6% de los trabajadores manifiestanencontrarse en un entorno con ruido molesto, lo querepresenta un progreso significativo en comparacióncon lo que pasaba unos años atrás, cuando las condicioneslaborales eran mucho más ruidosas.

Zenker destacó varias conferencias y libros que hanrecogido en el seno de la EFAS (European Federationof Audiology Societies) este campo de actuación, entreotros, los que han difundido protocolos aportadospor AEDA, alguno de los cuales se harán públicos enbreve. Evaluación y diagnóstico adecuados resultanclave en la prevención y, para el futuro, la meta de losaudiólogos es desarrollar más procedimientos y queno solo se apliquen en el ámbito clínico, sino en elambiente de trabajo.

¿Titulación específica a la vista?

Asimismo, el especialista de la Clínica Barajas advirtióde que las adaptaciones protésicas no siemprevan a satisfacer las expectativas de rehabilitación, sino se es realista con sus resultados en ciertos casos.En el transcurso del debate se habló de la posibilidadde implantación de una titulación específica para laaudiología laboral, una idea que ya se ha planteadoen el contexto educativo dentro de las profesionessanitarias, todavía sin concretar.

Desde el público, se apuntó que las autoridades sanitariasdeberían ampliar las posibilidades de evaluarel ruido en las empresas y que dicha evaluación nodependa casi exclusivamente de la apreciación deltécnico de prevención de riesgos laborales. Aunquedesde la tribuna se matizó que cuando se producendaños en la salud de los trabajadores también seactúa, con independencia del criterio de ese técnico.María Dolores Benot, presidenta de la Comisión Nacionalde Enfermería del Trabajo, precisó que en elámbito laboral, la audiometría debe buscar tambiénel umbral de 3.000 y 6.000 Hz, aparte del resto de laprueba convencional, y definió un protocolo de actuaciónen su profesión que, en buena medida, puedenhacer suyo los audiólogos a la hora de realizarlas mediciones para evaluar la buena audición deltrabajador.

Este artículo forma parte del dossier “Asesores en prevención del ruido” publicado en el número 122 de Audio Infos España. Descubra el resto del dossier aquí o suscríbase a la revista.

Página web de AEDA.

Fotos: AEDA, Fanchy – Fotolia.com

J.L.F.