Soluciones de los ópticos para el problema de las gafas empañadas por el uso de mascarilla
Más allá de las gamuzas o toallitas antivaho y los esprays, existen recursos como las lentes antivaho o las lentes de contacto y los profesionales del sector recuerdan que, en determinadas ocasiones, es posible utilizar estas últimas para “minimizar” este inconveniente, ya que prescindir de la corrección óptica puede ser perjudicial para la salud visual. “El vaho supone un riesgo de accidente, sobre todo en la tercera edad y en acciones tan importantes como conducir, debido a la pérdida de visibilidad que implica”, han advertido.
Entre las soluciones más conocidas destacan las toallitas antivaho, gamuzas de microfibra que, aunque de diferentes formas y durabilidad, permiten mantener alejado el vaho de las gafas durante un periodo más o menos largo. Así, una puede tener una vida útil de hasta 300 usos. “Esta es la forma más sencilla de evitar el vaho, dado que podemos llevar en el estuche de las gafas esta gamuza y usarla frecuentemente, tal y como antes hacíamos para limpiarla”, explica el presidente de Visión y Vida, Salvador Alsina.
Pero en los establecimientos sanitarios de óptica también se pueden adquirir los esprays antivaho, que son de gran ayuda. “Se aplican sobre las lentes y se extiende el líquido con una gamuza normal, evitando tener que llevar dos gamuzas en la funda de gafas o que la antivaho se nos seque”, explica Alsina.
Remedios más definitivos
Otros productos específicos ofrecen una funcionalidad y resistencia a más largo plazo, como las lentes antivaho, a las que se les ha aplicado un tratamiento superficial específico que evita totalmente que se empañe la lente, para mantener siempre la visión nítida.
“A pesar de que pueda parecer una inversión algo mayor para una situación que todos esperamos que termine, hay que tener en cuenta que más allá de la situación actual, estas lentes son ideales para deportistas, cocineros -ya sea profesional o amateur-, trabajadores que enfrentan cambios de temperatura durante su jornada o aquellos que realizan actividades de gran movimiento o, incluso, los que deben garantizar su seguridad mientras realizan su trabajo”, describe Alsina. Y en cualquier caso, conviene consultar al profesional en un centro de óptica.