Sergi Costafreda: “El 8% de las demencias está ligado a pérdida auditiva”

De todas las enfermedades actualmente en el punto de mira de la investigación auditiva, la demencia es sin duda la más miserable y aterradora. Cualquier patología terminal resulta suficientemente mala, pero la destrucción cognitiva progresiva de aquello que nos da identidad, orientación, diálogo con el alma y con otras almas, se convierte verdaderamente en una afección “devastadora”, como señala el psiquiatra Dr. Sergi Costafreda González.

Si la pérdida auditiva desempeña un papel en el desarrollo de la demencia, el mundo de la audiología necesita averiguar cuál es ese papel y cómo puede gestionarse su influencia.

Costafreda, profesor catedrático asociado de Salud Mental para Ancianos en la División de Psiquiatría de la Universidad de Londres (UCL), había intervenido en la conferencia de 2022 de la Academia Británica de Audiología (BAA) cuando compartió sus reflexiones con los lectores de Audio infos.

Acerca del tema de la demencia y la pérdida de audición, giran ahora en torno a las pruebas que él y sus compañeros investigadores han logrado acumular a lo largo de más de cinco años de trabajo. Han demostrado una evidencia: “Ahora sabemos algo que antes no sabíamos: se puede tratar la pérdida de audición en personas con problemas de memoria. Y no creo que nadie que mire nuestros datos pueda decir que no está claro, porque los resultados son claros ¡y en un ensayo!”

A mucha gente le gustaría ver afirmaciones tan seguras respaldadas por cifras, y el porcentaje preciso que el Dr. Costafreda obtiene de los ensayos de su equipo es del 8%.

Paliar la hipoacusia reduciría la prevalencia de la demencia

“Si pudiéramos curar la pérdida de audición, los datos indican que se reduciría la prevalencia de la demencia en un 8%. Así que, según los datos que tenemos, la pérdida de audición es responsable del 8% de los casos de demencia”, explica. Por tanto, si existe una relación causal, que parece ser el caso, si pudiéramos mejorar la audición, habría un 8% menos de demencia”.

A pesar de los resultados de numerosos estudios epidemiológicos recientes que muestran una asociación entre la pérdida de audición periférica y el deterioro cognitivo como la demencia, es necesario seguir investigando. Costafreda señala que en la actualidad existe una gran cantidad de datos sobre “personas con pérdida de audición, personas sin pérdida de audición, y también personas que la sufren y utilizan audífonos“.

Según él, esta información cuantitativa muestra una “fuerte asociación” entre la merma auditiva no tratada y la demencia, “al menos tan fuerte como otros factores de riesgo más conocidos y estudiados, como la hipertensión o la diabetes”.

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Getty Images – DrAfter123

Sin embargo, la búsqueda de pruebas concretas que los audiólogos puedan utilizar es un proceso continuo. “La realidad es muy compleja y todos estos factores están relacionados con la edad. Así que no podemos estar seguros al 100%, a menos que llevemos a cabo un experimento en el que, en condiciones lo más controladas posible, modifiquemos o tratemos con audífonos a determinadas personas”, señala Costafreda.

“Si descubres que tratar la pérdida de audición es beneficioso para la cognición, el estado de ánimo, la calidad de vida, etcétera, entonces puedes decir que es porque te has ocupado de la pérdida de audición”, añade.

La calidad de la investigación también es un factor clave. “No tiene sentido producir más investigación de mala calidad, que no responda a las preguntas adecuadas, que haga pensar a la gente que quizá sea esto, quizá sea aquello. De hecho, hay mucho de ese tipo de cosas”.

El ensayo Achieve con 900 personas

Actualmente se están llevando a cabo estudios sobre la pérdida de audición y la demencia en todo el mundo. El ensayo aleatorizado Achieve (Aging, Cognition, and Hearing Evaluation in Elders), dirigido por Frank Lin et al, está realizando un seguimiento de unas 900 personas cognitivamente normales con pérdida de audición, de entre 70 y 84 años.

El método incluye la evaluación de las necesidades auditivas, la adaptación de audífonos, educación y asesoramiento, y una evaluación de control. El ensayo está diseñado para detectar una diferencia mínima de 0,30 desviaciones estándar en el índice anual de deterioro cognitivo entre el grupo de tratamiento auditivo y el grupo de envejecimiento satisfactorio durante un periodo de seguimiento de tres años. Evidentemente, Costafreda y su equipo siguen con gran interés el ensayo Achieve.

demencia,hipoacusia,presbiacusia,audífonos,investigaciónEl psiquiatra especializado en la relación entre pérdida auditiva y demencia.

P. W.”Se trata esencialmente de un ensayo activo, conocido por el público, que lleva unos años en marcha y que ayudará a responder a ciertas preguntas sobre las personas mayores que no tienen necesariamente problemas de memoria”, explica el experto de la UCL, antes de subrayar la diferencia esencial entre Achieve y su propio estudio: “El ensayo que queremos realizar se refiere a personas con alto riesgo de desarrollar demencia, es decir, personas con deterioro cognitivo leve.”

Mientras que los resultados del ensayo estadounidense se esperan en un futuro relativamente cercano, el estudio previsto en la UCL aún está buscando la aprobación de la financiación. “Creo que la importancia del ensayo que hemos hecho hasta ahora es que demuestra que podemos hacer un ensayo grande para obtener una respuesta de muy alta calidad desde el punto de vista científico”, afirma Costafreda.

Mientras no haya pruebas concretas, los ensayos serán sin duda necesarios.

“Si queremos poder decir que es absolutamente necesario dar prioridad a la audición porque es probable que aporte muchos beneficios a la población -lo cual me parece muy probable-, necesitamos ensayos para poder determinar no sólo si la audición es beneficiosa, sino también en qué medida y cómo hacerlo correctamente”, afirma el investigador.

Los beneficios sociales de la audición

La importancia de tratar la audición para mejorar la salud cerebral se ha convertido en una prioridad para este psiquiatra, que ahora está muy comprometido con la investigación de los beneficios sociales de una buena audición. “Somos animales sociales. La audición es crucial para la interacción social, porque la pérdida de audición en los ancianos tiende a ser insidiosa”, explica.

La pérdida de audición está hasta cierto punto normalizada por la propia persona. “Suben el volumen de la televisión, dejan de ir a lugares ruidosos, como restaurantes, o a veces a la iglesia, donde pueden conocer a otras personas; se aíslan, y creo que esto puede tener -y tenemos pruebas de ello- consecuencias muy negativas a largo plazo”, subraya.

Para Costafreda, los aspectos sociales de la audición, los usos que hacemos de ella que promueven y mantienen la interacción social, resultan esenciales, incluso más que el entrenamiento auditivo y los ejercicios que podemos permitirnos, aunque admite que “hacer cosas agradables con la audición, salir a la naturaleza y oír los sonidos, escuchar música y tocarla… también es absolutamente positivo”.

El papel vital de los médicos de cabecera

Los profesionales deberían proporcionar asesoramiento de referencia sobre cómo el cuidado de la audición puede ayudar también a la salud cognitiva de los pacientes. Hasta ahora, la investigación llevada a cabo por el Dr. Costafreda y sus colegas ha contado con la participación de médicos de cabecera en lugar de profesionales de la audición.

No obstante, recientemente se ha criticado a los médicos de cabecera por su gestión de los pacientes con problemas de audición. ¿Fue fácil implicarles en la investigación? ¿Cómo se puede incluir a los audioprotesistas en la ecuación? Costafreda admite estar algo perplejo ante esta difícil cuestión.

demencia,hipoacusia,presbiacusia,audífonos,investigaciónLos problemas de memoria se agravan por el esfuerzo cognitivo debido a la presbiacusia.

Getty Images/iStockphoto – nicoletaionescuEl ensayo demuestra claramente que “para que las personas con deterioro cognitivo leve empiecen a utilizar audífonos y continúen haciéndolo, necesitarán apoyo, y que la forma habitual de obtener tratamiento auditivo no funciona para esta población”. “Creo que en parte se debe a que las propias personas no perciben que tienen un problema o piensan que no habrá mucha diferencia si reciben tratamiento”, apunta.

¿Simplemente los médicos de cabecera no derivan a sus pacientes con pérdida de audición para que se realicen pruebas auditivas? Costafreda no quiere decir eso “¡porque lo hacen!, así que creo que hay una ruptura o una oportunidad perdida en cada etapa de la cadena: concienciar al paciente, al médico de cabecera, al otorrinolaringólogo y después al especialista en audífonos”.

Este especialista que peregrinó profesionalmente de Barcelona al Reino Unido cree que los médicos de familia deberían ser más conscientes de lo que son de los beneficios potenciales: “Podrían mantener esta conversación con el paciente y no limitarse a decir ‘cuando te haces mayor, subes el volumen de la televisión, es normal’ y cosas por el estilo. Podrían decir ‘sabes, realmente deberías intentar tratar tu audición, quizás no funcione para ti, pero si funciona, puede suponer una diferencia significativa en tu vida’. Así que sí, creo que todavía nos queda trabajo por hacer en este campo”, afirma el experto.

¿Qué postura pueden adoptar los audioprotesistas?

El psiquiatra está convencido de que “lo que hemos hecho con los médicos de cabecera contiene lecciones que podrían ayudar a redefinir las vías”.

A su juicio, “los audioprotesistas pueden decir con confianza que, por todo lo que sabemos hasta ahora, parece que la audición no es sólo una cuestión de oído. Las personas que participaron en el estudio nos dijeron: ‘No creo que tenga un problema, pero si me dicen que están midiendo el problema y que los audífonos reducirían el riesgo de demencia en el futuro, entonces quiero probarlo'”.